domingo, 30 de diciembre de 2018

Despertar al alba, 1941. (Serie Constelaciones), Joan Miró

Despertar al alba, 1941.
Joan Miró. 
Temple sobre papel, 46 x 38 cm. 
Nueva York, colección particular



Lo que se ve: 
Un aparente caos de líneas, figuras y colores sin orden. 

El significado: 
Esta obra pertenece a una serie llamada Constelaciones formada por 23 cuadros pintados entre 1940 y 1941.

Para entender un poco la pintura de este artista...

Una pintura caracterizada por una absoluta falta de censuras, evita incluso atribuir significados simbólicos a las imágenes porque las justificaría, y la justificación es una censura. 
Giulio Carlo Argan

Delante de un cuadro de Miró nos paramos como delante de un precipicio, mirar adquiere un valor en sí. 
Cesare Brandy

El arte de Miró es cándido y autoritario a un tiempo; ausente y distraído como un juego infantil pero dueño de sí mismo como todo arte. 
Werner Schmalenbach.

 Aunque quizá a primera vista no lo parezca, tras cada cuadro hay un articulado proceso de preparación, de trabajo metódico y paciente.

Miró, en constante búsqueda y evolución, luchó por renovarse toda su vida con método y disciplina y sin traicionar nunca su estilo. Cada peldaño en esta evolución es la base de la construcción del siguiente en una armonía continuamente renovada e incesante. 

La Guerra Civil (1936-1939) afectó a Miró profundamente, creando un sentimiento de desgarro que plasma en sus “cuadros salvajes”, un grupo de obras llamadas de “realismo trágico”que representan figuras aullantes, generadas por sus sentimientos de impotencia y aflicción, que se debaten en la agonía.

Cabeza de mujer, 1938. Joan Miró. 
Óleo sobre lienzo. 46 x 55 cm. 
Los Ángeles. Winston Collection.
Tras esta culminación de su desesperación comienza a desarrollar una búsqueda que desembocará en un nuevo proyecto expresivo: las Constelaciones. La emoción negativa ahora la transforma en un lenguaje poético sorprendente, una especie de diálogo con el cielo a la escucha. Aúna su armonía discreta con una efervescencia que es su válvula de escape.

“Sentía un profundo deseo de evasión. Me encerraba libremente en mí mismo. La noche, la música y las estrellas empezaron a tener un papel cada vez más importante en mis cuadros” (Joan Miró).

El inconsciente ha encontrado el camino para expresarse con absoluta libertad dejando espacio a un automatismo de la escritura que aprovecha los accidentes de la materia. Se vale de la técnica surrealista que prevé el libre fluir de las imágenes.

Automatismo: método para producir pinturas o dibujos, según el cual el artista suprime el control consciente de los movimientos de la mano, dejando que la mente, liberada, actúe.

Símbolos y figuras: Hay una proximidad a los dibujos prehistóricos del paleolítico, usa un lenguaje cada vez más cercano a los ideogramas

Ideograma: Signo gráfico que representa un concepto o idea de forma sintética. Los símbolos matemáticos o musicales, los kanji japoneses...

Arabescos, música y tonos alcanzan en este lienzo una extraordinaria armonía y riqueza.

Hay un empeño en vencer la resistencia de las cosas y obligarlas a transformarse en signos. Mujeres, pájaros y estrellas flotan sin puntos de apoyo y se asoman entre estrellas y medias lunas. El tema del pájaro, que aparece en esta época,  recorre espacios ilimitados siguiendo trayectorias libres e imprevisibles. Los demás personajes se hacen indescifrables aumentando la connotación poética.

En esta obra, el color del fondo sugiere el despertar por la mañana con sus delicados pero intensos esfumados.

La música, que está presente en sus lienzos desde siempre, tiene un papel determinante en esta serie. 

La musicalidad hace correr los signos sobre el lienzo. La tesitura musical se desarrolla con extrema fluidez sobre la transparencia de la superficie pictórica. Para él había una analogía entre una nota musical y un toque de pincel.

Después de trabajar en el taller, por las tardes iba a leer poesía y escuchar música, de Bach, Mozart, Vivaldi… Miró decía que era mirar el cielo y ver una orquestación sinfónica de Haydn. 

Rimbaud a los 18 años (1872)
Diego Masson (1935, Tossa de Mar) director
y compositor, hijo del pintor surrealista
francés André Masson.
Hay un texto del poeta francés Arthur Rimbaud que habla de que la música atraviesa el cielo. También hay una confesión de Diego Masson, que decía que cuando Miró veía las Constelaciones no veía un cuadro, escuchaba música. 


En esta serie aumenta el poder de evocación, el cielo convertido en un lugar para la inmensidad fundida con las estrellas y la música.  El apego al tema del cielo recuerda al Miró que leía a Walt Whitman:

 “Y sobre todo el cielo, ¡el cielo! Lejanas, remotísimas, en ramilletes, asoman las estrellas eternas”.
Walt Whitman (1819 -1892) fue un poeta y ensayista estadounidense.
“Miró digería la música y la poesía (…) durante el proceso del sueño, a través del subconsciente colectivo (…). Esas figuraciones oníricas nacían de dejar reposar en su alma toda esa influencia poético-musical que había escuchado y leído la noche anterior”. 
Joan Punyet Miró, nieto del pintor.


Fuentes:

ROMANO, E. (dir.), Miró. Los grandes genios del arte contemporáneo. El Siglo XX. 4 Biblioteca El Mundo. Milán, 2004. 
  




jueves, 8 de noviembre de 2018

NOCHE DE FRÍO ESPESO

 Noche de frío espeso,1954
Aurelio Suárez
Óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm.
Museo de Bellas Artes de Asturias

Aurelio Leonardo Suárez Fernández
(Gijón, 1903-2010)
Lo que vemos:

Un paisaje nevado, habitado por una pareja de seres imaginarios, uno está sentado en un interior calentándose en un fuego mientras que el otro se acerca desde el exterior con un ramo de flores en las manos. 
El interior es a la vez una especie de choza y un rostro que contempla la escena. Una luna de forma ovoide preside el cielo nocturno. Un millar de puntos blancos sugiere tanto el espesor de la nevada como el de un firmamento cuajado de estrellas.
Un profundo silencio se apodera de toda la obra. Todo está quieto, tranquilo. El tiempo parece haberse detenido.

Un significado:

Ambos personajes están concebidos con gran imaginación, a mitad de camino entre lo fantástico, lo animal y lo humano, y son representantes de un principio masculino y otro femenino.

La figura femenina, sonriente y protegida por un tocado en forma de pechos de mujer, parece portar como regalo las dos flores del ramillete que repiten la forma de los pechos. Aurelio carga en ese personaje femenino toda la fuerza positiva que transmite este óleo.

Hay un juego de contraposiciones:    
- naturaleza frente al interior doméstico.
- masculino frente a femenino.
- calidez del refugio frente a la frialdad del azul nocturno y la gélida blancura del campo.
- vida (sugerida por el interior cálido y habitado) frente a muerte o más bien vida suspendida (reflejada por el exterior nevado).

Siguiendo con el juego de contraposiciones hay un ritmo cruzado que une dos diagonales opuestas:
- la figura femenina y la luna-huevo del cuadrante superior izquierdo (el principio femenino, activo, positivo).
- la figura masculina, pasiva, aparentemente triste y coronada por una piedra inerte, y el árbol seco del cuadrante superior derecho.

La choza antropomórfica es una hibridación entre objeto y ser animado característicamente surrealista.

La luna tiene forma de huevo: en la obra de Aurelio la figura del huevo es especialmente potente en cuanto a su simbolismo.  Icono de la potencia creadora de vida y de formas biológicas aún no desarrolladas, de una actividad secreta aún por manifestar. Origen y misterio de la vida. 

El paisaje es en conjunto un espacio imaginario, otra dimensión que tiene una poderosa carga de ensoñación.

La obra es deudora de la influencia del mundo fantástico de El Bosco y Brueghel el Viejo, en cuanto a su orientación onírica y simbólica pero sin la carga de violencia de éstos. Tanto en su formación artística como en la configuración de su universo iconográfico también contribuyeron maestros como  Giotto, Patinir, El Greco o Goya.


En los momentos de escribir esta entrada se ha publicado el siguiente artículo en La Nueva España: 
El hijo de Aurelio Suárez advierte: "Con una firma saco el legado de Asturias y no vuelve". 
Con esta contundencia se manifestó Gonzalo Suárez Pomeda, hijo del pintor Aurelio Suárez, durante la presentación de la tercera donación de pertenencias del pintor al Museo de Bellas Artes de Asturias (que tuvo lugar el pasado 7 de noviembre de 2018), respecto a su profundo descontento con los responsables de cultura del Principado por el trato que dan a la figura y obra de su padre. 

Y es que Aurelio Suárez  es "una de las figuras claves de la pintura española del siglo XX" (Alfonso Palacio, director del Museo de Bellas Artes de Asturias). Un artista que vivía entregado un mundo interior extraordinariamente fértil. Con una pintura tan personal que desborda el límite del surrealismo. Un pintor de pensamientos con una  gran capacidad técnica e inventiva, con una inagotable variedad temática e iconográfica que forman el singular universo del Aurelianismo.

Fuentes:

·        - FEAS COSTILLA, L. (coord.), Artistas Asturianos. Vol. III. Hércules Astur de Ediciones. Oviedo, 2002.
- https://www.aureliosuarez.es 
·    - http://www.museobbaa.com/obra/noche-de-frio-espeso/  - https://www.lne.es/sociedad/2018/11/08/museo-jovellanos-desprecia-obra-padre/2376758.html

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